Hoy volví a viajar en avión. La última vez había sido hace casi 3 meses y, si se acuerdan, fue una experiencia donde mis colegas viajeros y yo pasamos mucho miedo por las violentas turbulencias que experimentamos y tuve que hacer uso de todas las herramientas de manejo de ansiedad que enseño a mis pacientes. ( puedes ver el artículo anterior aquí).

Hoy escribo desde el avión mismo, en pleno vuelo, que hasta ahora ha sido un agrado. Llevo casi dos horas de viaje. Me queda poco más de una hora para llegar. Y me llamó la atención y por eso me puse a escribir este post, que en dos horas he hecho muchísimas cosas!!! He visto un capítulo de una serie (un poco fome la verdad), he dormido una siesta respetable, he comido algo, he reflexionado acerca de temas personales que algunas noches me han quitado el sueño y estoy escribiendo este post…. todo esto en sólo dos horas… y aún me queda una.

¿Cómo puede ser esto si, normalmente, siento que el día se me pasa volando, que necesito más de 24 horas para hacer todo lo que quiero hacer? ¿Cómo es que en dos horas he avanzado más que en un par de días? ¿Es que el tiempo avanza de manera distinta en el cielo?

Esta reflexión me lleva a pensar en un paciente que tengo, que viaja mucho y siempre me ha dicho que cuando más avanza en su trabajo es en los aviones. Hoy estoy yo teniendo esa misma experiencia.

Inevitablemente, a continuación surge la pregunta… ¿cómo es que tengo la sensación  de tener tanto tiempo disponible en este momento, aquí en el avión? 

Bueno, posiblemente para cada uno la respuesta varíe un poco, que anda sin hijos, marido o esposa, no tiene interrupciones, llamadas, etc. En mi caso, más que cualquiera de las anteriores la respuesta es otra y no me sorprende pues, en teoría ya la sabía, pero ahora al experimentarla se crea un registro interno en mi que valida aún más lo que ya sabía teóricamente. 

Lo que me di cuenta mientras miraba un poco aburrida la serie fome  que bajé antes de viajar, es que no tener conexión a internet, pero especialmente, tener el celular totalmente en modo avión y lejos de mi (en la cartera que está bajo el asiento delantero) tiene el efecto en mi de liberar una gran porción de mi atención; mi consciencia queda libre y disponible para otras cosas, desde trabajar, crear, hasta simplemente descansar de la necesidad constante de chequear o mirar el teléfono . Es como si mi consciencia también estuviera en modo avión, no está conectada a la red, tiene las notificaciones desactivadas, ahorro energía pues no estoy buscando conexiones a redes, etc. Lo que hace posible que mi cerebro tenga otras acciones disponibles lo que, en mi caso, me libera de estrés y ansiedad. Me doy cuenta que el cerebro en modo avión consume también menos recursos.

Hay mucho escrito, investigado y publicado en internet respecto a la relación que tenemos con nuestros teléfonos móviles y el efecto psicológico sobre nosotros y nuestras relaciones interpersonales, y son bien interesantes. Por ejemplo, se ha visto que revisar constantemente el teléfono, tener activadas las notificaciones, y que incluso el tono de llamada al sonar, pueden elevar los niveles de alnsiedad. También se ha visto que nuestra atención y desempeño cognitivo se afectan mientas más cerca tengamos nuestro teléfono, es decir, me concentro y pienso mejor mientras más lejos esté fisicamente mi teléfono de mí… y hoy yo lo estoy experimentando. Y debo admitir que esta sensación de estar desconectada de mi celular por tres horas me gusta. Es diferente, pero interesante.

No es la primera vez que me cuestiono la relación entre mi percepción del tiempo y mi uso del celular por lo que ya llevo implementando hace un rato intervalos de trabajo donde pongo el teléfono en silencio y boca abajo. No he llegado aún a ponerlo en otra pieza o dejarlo en casa al salir (😱).

Ojo, que no estoy evangelizando vivir la vida libre del teléfono (yo misma no podría aún), sino reflexionando y quizá resonando con muchas otras personas que, poco a poco, estamos sintiendo lo mismo, cómo la relación con nuestros teléfonos parece absorber nuestro tiempo, cual agujero negro.

Experimentar el momento presente sin tener la atención dividida por la preocupación del teléfono (incluso el tenerlo cerca)…. puede llevarnos a experimentar el tiempo de manera muy diferente… de manera de tener más tiempo para vivir una vida más rica en experiencias y buenos momentos.

Me demoré casi una hora en escribir este post. Ya vamos a aterrizar…. lo que significa que pronto sacaré mi teléfono del modo avión… hay un poco de turbulencias también ahora y mi corazón late un poco más fuerte. Y, a cada minuto que pasa voy sintiendo más las ganas de revisar mis mensajes, avisar que llegué, ver quién me escribió…. como todos los que aquí estamos…. pero quedo con el recuerdo de esta experiencia y de saber que, para sentir que tengo más tiempo sólo tengo que ponerme de vez en cuando, en modo avión.