Pasé varios días de actividad intensa y descuidé mi auto cuidado, como suele suceder cuando uno se deja atrapar por las responsabilidades.
Me cansé , me quedé sin energía y hasta me dio fiebre. O sea, mi propio cuerpo tuvo que tomar cartas en el asunto para pararme, después de tantas alertas que me mandó en forma de ansiedad, dolores, emociones intensas, distracciones, golpes, accidentes, olvidos.
Si, nos mandamos muchas señales a nosotros mismos pero no les hacemos mucho caso y seguimos… “ya se me va a pasar”, “no es pa’ tanto”, “es que estoy en mi periodo”, “hay que aguantar nomas”…y así nos vienen las palpitaciones, el dolor en el pecho, la falta de aire, los problemas para dormir, la falta de concentración, los errores, etc… como mensajes para que hagamos algo, porque algo realmente no va bien. Pero no escuchamos, por lo tanto intentamos mandarnos mensajes más contundentes, cada vez con más énfasis, hasta que nos viene una crisis de pánico, una depresión, un agotamiento que no nos permite pararnos de la cama. Mientras más evitemos escucharlos, más fuertes serán los intentos de la ansiedad por hacerse oír.
Ya llevaba un par de semanas recibiendo mensajes. Hasta que ayer tuve que escucharme, no me quedó otra, soy humana también. Y ya no dejo pasar tantos mensajes, he aprendido a reconocer la señales con más tiempo.
Y como sé que esto me sucede de tiempo en tiempo, porque me entusiasmo haciendo lo que hago, me sobrecargo y voy soltando lo que me hace bien, tengo un “kit de emergencias” para estos momentos. Es decir un plan de acción para poner en práctica en esos momentos de malestar emocional.
Lo primero que tiene que tener cualquier kit de emergencia emocional es aceptación, es decir, reconocer y aceptar el sufrimiento, pues el no hacerlo sólo viene a agregar más dolor. Es permitirse dejar de luchar con el “no debería sentirme así”, y darse permiso para ser humano.
Luego de eso, llevar a cabo acciones que necesito para recuperarme. Para cada persona pueden ser diferentes. Algunos cargan pilas compartiendo con otras personas, otras en silencio, algunas haciendo nada, otras practicando un hobbie, un deporte, etc.
Por eso siempre recomiendo a mis pacientes hacer su propio “kit de emergencias”, es decir tener claro de antemano qué los recarga, pues cuando uno está agotado no piensa claramente y sólo quiere dormir y aislarse, pero a veces dormir y estar echado en la cama no es suficiente.
¿Qué actividades, lugares, personas, mascotas, olores, músicas, te ayudan a descansar y a recargarte de energía?. Graba un video, un audio o escríbele una carta a tu yo del futuro, para recordarte qué te hace bien… qué hacer en caso de emergencia emocional.
Comienza el mensaje de la siguiente manera “querido yo del futuro, si estás leyendo/viendo/oyendo esto es porque estás en problemas. Te envío estas sugerencias para….” (y ahí puedes poner lo que necesites saber en el futuro, para tu bienestar).
Ayer yo tuve que recurrir a mi kit de emergencias… que incluye en primer lugar, darme permiso para ser humana y luego parar, acostame, comer algo rico, estar en silencio, y reírme. Estos son mis acciones de primeros auxilios, luego, una vez que estoy con más energía, viene mirar qué tengo que cambiar en mi vida y comenzar a hacer estos cambios, es decir, escuchar finalmente el mensaje de la ansiedad.